02 de junio de 2023

Prevenidos frente al calor

Las cremas y las gafas son nuestros aliados para protegernos del exceso de radiación solar... siempre y cuando cumplan con unos requisitos de calidad y seguridad

Los protectores solares

Estso productos son considerados productos cosméticos y por tanto regulados por la legislación europea, que establece las obligaciones de información y etiquetado.

La protección contra la radiación ultravioleta se identifica en el etiquetado a través del Factor de Protección Solar (FPS o SFP en inglés), que lleva una numeración entre 6 y 50+, y descriptores como “protección baja”, “media”, “alta” o “muy alta". Las declaraciones sobre la eficacia de los productos de protección solar han de ser sencillas, no ambiguas y basarse en criterios normalizados. Además, las etiquetas, en la presentación, en la venta o en la publicidad de estos productos no se les puedan atribuir características de las que carecen.

Tipos de fotoprotectores    SPF o FPS
               Bajo                             2-4-6
              Medio                          8-10-12
               Alto                           15-20-25
            Muy alto                     30-40-50
              Ultra                              50+

Por su parte, la Comisión Europea estableció en 2006 una serie de recomendaciones sobre la eficacia de los productos de protección solar y a las declaraciones sobre los mismos, entre las que destacan las siguientes:

  • Deben proteger frente a las radiaciones radiación ultravioleta B (UVB) y la ultravioleta A (UVA). Las cremas solares no garantizan un 100% de protección. Por ello, no deben contener mensajes en la etiqueta como “protección total” o “prevención durante todo el día”.
  • Deberían contener mensajes preventivos como “repita con frecuencia la aplicación del producto”, “no permanezca mucho tiempo al sol, aunque emplee un producto de protección solar”, “mantenga a los bebés y niños pequeños fuera de la luz solar directa”. 

La resistencia al agua es otra propiedad importante que pueden presentar los fotoprotectores y que está relacionada con su eficacia.

  • Water resistant: No pierde su capacidad protectora después de 40 minutos de inmersión en el agua.
  • Waterproof: No pierde su capacidad protectora después de 80 minutos de inmersión en el agua.

La etiqueta deberá incluir, al menos, la siguiente información:

  • Nombre y dirección de la empresa responsable de la puesta en el mercado.
  • Nº de lote.
  • Protección frente a las radiaciones.
  • Fecha de caducidad en caso de que el producto caduque antes de 30 meses.
  • Modo de empleo y precauciones si las hubiera.
  • Denominación (marca y función específica del producto).
  • Ingredientes.
  • Punto verde: Identifica que la empresa envasadora cumple con la legislación europea sobre envases y residuos de envases

Cómo prevenir los efectos nocivos del sol (libro pdf)


Las gafas de sol

En primer lugar, es importante adquirir las gafas en un centro especializado de confianza y comprobar que la lente cumple con la normativa vigente que asegure una calidad adecuada. Utilizar gafas de sol de mala calidad, como pueden ser las de juguete o las adquiridas en canales de venta no autorizados (gasolineras, bazares o quiosco) puede ser más perjudicial para los ojos que no usar ningún tipo de protección, ya que muchas de ellas pueden no tener un filtro UV adecuado y el color oscuro de la lente hace que la pupila se dilate más y deje pasar una radiación superior a la que pasaría sin utilizar ningún tipo de gafa.

  • Igual de importante es asegurarse de que las gafas cuentan con el marcado Símbolo CE de la Comunidad Europea. Este marcado de estar de forma visible, legible e indeleble, y con él se garantiza que las gafas cumplen con todos los requisitos legales y de seguridad de la Unión Europea.
No obstante, cabe advertir que tanto las gafas de juguete como las gafas de sol tienen el marcado CE , pero solo las últimas disponen de filtro protector.
  • Las gafas deberán venir acompañadas de la identificación del modelo, el nombre y dirección del fabricante, la referencia a la ISO 12312, la categoría del filtro, tipo de filtro (fotométrico, polarizado o degradado), así como las restricciones de uso, por ejemplo, si son aptas para la observación directa del sol, para la protección frente a fuentes de luz artificial como pueden ser las cabinas de UV, si son adecuadas para la conducción de automóviles y para usuarios de carretera, o para la práctica de determinadas actividades deportivas. Asimismo, hay que tener en cuenta que hay gafas que pueden tener restricciones específicas para la conducción nocturna o en condiciones de poca luz.

Finalmente, recordar la necesidad de proteger los ojos de los niños de los rayos del sol, ya que la radiación ultravioleta es siete veces más perjudicial para los ojos de los menores que para los ojos de los adultos. Esto se debe a que el filtro del cristalino no termina de desarrollarse hasta los 12 años de edad, de tal forma que la córnea deja pasar hasta la retina más del 75% de la radiación ultravioleta (UV) frente al 10% que deja pasar a los 30 años”. Además, sus pupilas son más grandes y su cristalino más transparente, algo muy a tener en cuenta ya que se calcula que antes de cumplir los 18 años, ya habrán recibido casi una cuarta parte de toda la exposición a rayos ultravioleta de su vida.

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